martes, 5 de julio de 2011

Yoga - Energías autocurativas - Relajación




Células Madres
Hay muchas cosas en el Yoga Contemporáneo que he logrado equiparar con el conocimiento científico, puntos de contacto entre lo que decían los yogis y lo que sostienen las nuevas investigaciones. Pero hay muchos otros elementos que suelo implementar sin que nada los explique científica o racionalmente y que, sin embargo, yo respeto y uso porque lo dice la tradición.
 Cuando se termina la clase y nos relajamos, se liberan las energías autocurativas. Se trata, justamente, de estas células que viven con nosotros en nuestro organismo y que son capaces de adoptar las características, la diferenciación imprescindible, para reparar cualquier zona del cuerpo: LAS CÉLULAS MADRE.
En el cuerpo adulto abundan, sobre todo en las articulaciones. Esto en el Yoga Contemporáneo lo tenemos muy en cuenta, ya que en la primera hora se realizan muchos trabajos de flexibilización de todas las articulaciones. Hay un detalle en el cual insisto muchísimo, y es reaprender algo que nos enseñaron mal en el colegio primario: lograr aflojar las rodillas y nunca rigidizarlas.
 Dicen que la libertad reside en las rodillas.
¿Por qué dos horas?

 En el Yoga Contemporáneo trabajamos dos horas continuadamente a fin de lograr tres cosas: primero la liberación de esas células madre o energías autocurativas, segundo que el estrés diluya sus barricadas (las toxinas del estrés se neutralizan cuando el organismo crea sustancias opuestas, las endorfinas) y tercero, que estas energías autocurativas o células madre puedan trasladarse por todo el organismo con entera libertad y llegar a los sitios en donde son necesarias. La manera de lograr este último punto es a través de una relajación profunda, a la cual sólo se llega después de un trabajo sostenido, aunque no cansador, que hace que se dilaten todos los canales por donde las ENERGIAS AUTOCURATIVAS tienen que circular.

Permanecer en la alegría

 Las técnicas para controlar el estrés y desintoxicarnos de él son muy sencillas. En una clase de Yoga Contemporáneo, empezamos masajeando la planta de los pies con una pelotita de tenis y todos hablamos y nos reímos muchísimo, a carcajadas, generalmente de nosotros mismos. La risa no sólo es un antídoto contra el estrés por el regocijo espiritual que provoca, por la cantidad de músculos que se mueven, porque asegura una respiración profundísima, sino que además, por el sonido de las carcajadas se segregan las sustancias neutralizantes de los químicos del estrés, que son las ENDORFINAS.

 Por supuesto que también cantamos, especialmente con la boca cerrada. Entre los consejos tradicionales chinos para rejuvenecer, se encuentra el de “permanecer en la alegría”. La sabiduría popular española lo dice claramente: ”El que bien canta sus males espanta”.

 A veces, llegan alumnos nuevos que tienen una idea preconcebida y estereotipada del yoga, y confunden seriedad con solemnidad, profundidad con tristeza, pero ya sabemos que “no es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo”. Se sorprenden del tono inicial de la clase. Sin embargo, al cabo de la primera hora hay un silencio total, un clima de sosiego y tranquilidad, una paz tan profunda que yo creo que es cuando se nos presenta el espíritu. Mátaji Indra Devi siempre me decía que los argentinos tenemos tendencia a ser un poquito envarados, de manera que le parecía muy bien lo que yo proponía. Y me decía que el Yoga no es ni triste solemne, y que desconfiara de los profesores con caras amargas.



El Instituto brinda las siguientes actividades:

  Clases diarias

  Formación de Instructores

  Meditación por cada cambio de estación

  Talleres

Consúltenos acerca de las fechas y horarios en que se realizan las actividades.

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